Pastoral Juvenil Vocacional

SOR MILAGROS CRUZ GONZÁLEZ
BODAS DE ORO DE CONSAGRACIÓN RELIGIOSA,
PEDERNALES, 9 de octubre de 2011

Llegar a cumplir 50 años de consagración religiosa es en este tiempo de crisis en todos los ámbitos de la sociedad y de la iglesia en cuanto a la fidelidad se refiere, motivo de acción de gracias para una religiosa que vive su entrega a Dios siempre fiel y presente . Nuestra querida hermana Milagros, sencilla, alegre, con una capacidad de sintonizar con la gente y contagiar su entusiasmo que no ha decaído a los largo de estos cinco lustros, ha hecho un recorrido de su vida como Mercedaria de la Caridad siendo consciente de que Dios que la llamó en los albores de su juventud, continúa caminando a su lado, desde la comunidad y en su las distintas misiones que la Congregación le ha confiado, repitiendo a menudo la frase acuñada por nuestro Beato Fundador: TODO PARA BIEN DE LA HUMANIDAD, EN DIOS, POR DIOS Y PARA DIOS que quienes la conocen han aprendido de ella. Milagros ha vivido entregada a los enfermos, ancianos y en distintas tareas encomendadas por los superiores con una disponibilidad siempre renovada.
La fiesta que nos congregó como comunidad religiosa, parroquial y diocesana fue muy celebrada y alegre destacando la solemne Eucaristía en la iglesia Nuestra Señora de la Altagracia de esta localidad de Pedernales donde lleva trabajando casi 12 años. La gente se volcó en atenciones, cariño y participación, siendo transmitida por radio Trueno la celebración eucarística para que aquellos que sintonizan la emisora y no pudieron asistir como los reclusos a los que ella visita, los enfermos y otros, pudieran acompañarla en ese momento feliz y sumarse a su acción de gracias.
Agradecemos la presencia de un grupo de hermanas de algunas comunidades y el gobierno provincial que ambientaron la casa y la iglesia, prepararon la liturgia con frases y signos alusivos al momento que estábamos viviendo y organizaron el evento además de las Altagracianas, el Padre Antonio que presidió la Eucaristía y el seminarista Amaury, los colaboradores, jóvenes de JUMER, laicos mercedarios y amigos con los que compartimos después en un ambiente de fraternidad y alegría el almuerzo.