Pastoral Juvenil Vocacional

PASCUA JUVENIL-PEDERNALES 2012
Desde esta hermosa región fronteriza queremos hacerles llegar nuestra felicitación pascual y a la vez, compartirles algo de lo que hemos vivido en estos tres días de encuentro, reflexión y oración a la luz de la Palabra de Dios acompañando la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Unos 35 jóvenes se sumaron a la invitación del triduo dejando de lado la oferta tentadora de los días de playa que gran parte de nuestra sociedad tiene por costumbre realizar en esta Semana Santa. Sentarse a la mesa con Jesús el jueves para captar sus últimos consejos , compartir la comida convertida en su Cuerpo y beber del vino que es su sangre, fortalecidos por sus palabras sobre el amor fraterno, el servicio, la unidad. El viernes tras la proyección de la Pasión reflexionamos sobre las últimas horas de Jesús exhortando al perdón, a la reconciliación, no tomando en cuenta nuestras negaciones como Pedro, nuestra traición como Judas, nuestra cobardía como todos ellos que huyeron por miedo. El sábado el encuentro se realizó en un paraje solitario para alejarnos de los ruidos y distracciones con una reflexión sobre la soledad, el dolor y la esperanza. Caminamos por un lugar despoblado hasta llegar a una cueva que semejaba el sepulcro vacio donde Jesús fue sepultado. En el agua de la cueva “lavamos” simbólicamente nuestro espíritu y todo cuanto nos aleja de Dios. De regreso y de tres en tres, fuimos haciendo el recorrido de los discípulos de Emaús antes y después del encuentro con el Resucitado llevando en nuestro corazón la alegría perdida por la poca fe y recuperada mientras escuchábamos las palabras de consuelo de Cristo resucitado y compartíamos como discípulos el pan y el vino de la fraternidad. Por la noche la vigilia pascual culminó todo el caminar de estos días que han sido muy significativos para los jóvenes.
El domingo disfrutamos del paseo a orillas de un rio que hace frontera en estos dos países hermanos, así ha culminado el triduo con muchas gracias del Señor y la alegría del encuentro pascual.